A la sombra y ritmo del nuevo Lavín.
Por Pedro Pablo López

Las recientes declaraciones de Joaquín Lavín acerca de su supuesto Bacheletismo-aliansismo han removido los ánimos dentro de la UDI. Por una parte, surgen las sospechas por parte del propio presidente del partido, Carlos Larraín, acerca de cuál es la estrategia que tiene el Gobierno, dado su acercamiento notorio con el ex abanderado presidencial.

Pero, a pesar de que da para pensar que efectivamente es el Gobierno el que quiere arreglar un poco "la fachada" (como el mismo Larraín dijo) incluyendo a personajes fuertes de la oposición para lograr cierto aumento en el apoyo ciudadano; también es posible verlo desde la perspectiva del trabajo conjunto por conveniencia mutua y de quien o quienes pueden verse perjudicados saliendo de la agenda pública y quedando en las sombras.

Si la administración Bachelet obtiene beneficios de parte de la colaboración de Lavín y su inclusión en iniciativas relevantes, como el Consejo por la Equidad Social, no es menos claro el hecho de que el mismo ex alcalde de Las Condes y Santiago puede obtener gratificaciones de estas jugarretas políticas y que al mísmo tiempo, el daño para la alianza en su conjunto puede ser de proporciones.

En primer lugar está el beneficio personal que puede cosechar Lavín en el plano político. Su disposición a ayudar al buen funcionamiento de las iniciativas de un gobierno que en determinada oportunidad le arrebató el derecho de llegar al sillón presidencial, lo muestra ante todo Chile como una persona con verdadera "vocación de servicio público"; ese termino tan manoseado aveces por muchos candidatos, y que sólo ahora se estaría demostrando con hechos.

Para una próxima elección , si es que el ex alcalde decidiera olvidar todo lo que ha dicho y termina por presentarse como postulante a La Moneda, perfectamente podría traer a la memoria de quienes voten, su desinteresada labor de cooperación a la actual administración del Estado en tiempos difíciles.

Otro punto es el daño que toda esta jugada puede causar a la Alianza por Chile en su cohesión. ¿por qué?, simplemente porque el que recibe toda la sombra del agigantado y renovado Lavín, es ni más ni menos que la carta más fuerte con la que cuenta el bloque opositor en la actualidad; Sebastián Piñera.

Si realmente las pretenciones del candidato RN son las de llegar a presidente, ahora tiene un obstáculo más, puesto que por más que su colega opositor niegue la posibilidad de postularse para ser mandatario, en un determinado momento, y según lo que las sagradas encuestas digan, es el propio Lavín quien podría truncar el segundo intento del empresario.

Esto, por supuesto que tiene otras consecuencias, que desde ya comenzarán a marcar la pauta de las relaciones entre RN y la UDI, históricamente complejas o, por ser más romántico, de eterno amor y odio.

Para la UDI, nada mejor que contar con un hombre de sus filas para enfrentar el próximo proceso electoral. Bien se sabe que Piñera no es alguien que despierte las simpatías de todos, ni siquiera en su propio partido, por lo que la independencia a la hora de presentar candidato, cae como agua en el desierto para el partido presidido por Carlos Larraín.

A la vez, dicha situación podría convertirse en la línea que separe los caminos de ambos partidos, cosa que por chorreo también beneficiaría a la Concertación, en su dificil tarea de mantener el poder y ganar la próxima elección.

Para el Gobierno actual y el bloque oficialista en general, lo mejor que podría suceder es que se diera finalmente una disputa dentro de la oposición, ya que mientras tanto podrían contar con el tiempo para resolver sus propios problemas, que por cierto, no son pocos.


Así las cosas, este nuevo título creado por Lavín, el ya famoso Bacheletismo-aliansismo, no hace sino dar tiempos. Tiempos para que la Alianza defina su fórmula de trabajo, para que el Gobierno acalle las voces que hablan de crisis social con un gesto de pluralismo puro y para que, aunque sea un poco, todo el bloque de la Concertación vuelva a alinearse, lime asperezas y tenga nuevamente una fachada limpia y que demuestre unión verdadera para alcanzar los ideales y cambios que hace 17 años proponen.