Reporte (parte I)
El ataque había comenzado de un momento a otro. No había podido percatarse de qué sucedía ni de quienes eran los que atacaban, sólo veía aviones sobrevolando el lugar y soltando las certeras bombas que al caer sonaban como si un gigante estuviera corriendo en el lugar. A su alrededor, las llamas consumían todo lo que hasta ayer estaba aún construido, y por las ventanas de las casas, los gritos desesperados de quienes se veían atrapados escapaban dejando a sus dueños solos.
Todo lo que había alguna vez conversado con sus amigos, su amor a la labor social que significaba el estar ahí en el mismo campo de con una cámara fotográfica, se mantenía en pie, y no solo eso, sino que se hacía más grande en la medida en que se sentía más involucrado con lo que sucedía. A ratos sentía que el corazón se le iba a salir por la boca de tan fuerte que se agitaba, mientras sus oídos se recuperaban de la fuerte explosión que lo despertó.
Cuando volvió a entrar a la pequeña choza, recogió su cámara que por suerte seguía ahí, como la fiel y dura compañera que no lo abandonaba; recogió a tientas sus anteojos, y una vez acomodados volvió a mirar afuera para tomar valor y salir a hacer su trabajo.
El escenario era imponente, las columnas de humo le hacían recordar el día en que tuvo que cubrir una erupción volcánica, en una perdida isla caribeña. Cuando entendió que estaba perdiendo tiempo valioso, se acomodó en lo que quedaba de una muralla y comenzó a disparar el flash. Las tomas eran fabulosas, estaba seguro de que alguna de sus fotografías era la que saldría en portada la próxima semana, y por supuesto, lograría impactar a todos quienes vieran los horrores de aquella guerra que se sostenía ya por tres años.
Por el horizonte asomó primero un zumbido, él se dio cuenta de inmediato de que algo pasaría y por lo mismo se acomodó en aquella dirección para obtener las mejores imágenes, fuera lo que fuera aquello. El ruido se hacía más fuerte, y ya se estaba transformando en algo ensordecedor, cuando por fin una silueta apareció. Era una mancha, que después tomó una forma más definida, para llegar a ser, cuando se encontraba a unos cientos de metros, un enjambre de aviones gigantes, cargados con todo tipo de misiles y con la altura que necesitaban para liberar a los pequeños insectos que eran los paracaidistas.
Mientras observaba todo esto, el joven fotógrafo comprendió que por más amor que tuviera a su trabajo, no podía permanecer ahí, de lo contrario no habría portada ni premios, y tampoco más y mejores oportunidades.
Se puso de pie rápidamente y con la cámara al cuello corrió al camino donde había aparcado su jeep. Buscaba frenéticamente la llave cuando, en vez de su vehículo encontró una especie de masa de fierros torcidos, humeante como muchas de las casas que le rodeaban, y con algo que se asemejaba a un manubrio saliendo de entremedio.La casa más cercana que podría ofrecerle quizás algún tipo de protección estaba a unos cien metros y en la misma dirección de donde venían los aviones con sus paracaidistas. No había opción, si no lo hacía seguramente iba a ser acribillado por aquellos exterminadores que caían del cielo. Corrió a toda velocidad por entremedio de los cuerpos quemados de las mismas personas que le habían ofrecido alojamiento, curiosos por ver a alguien como él, con toda su apariencia nórdica en un pueblo donde el más blanco apenas si se diferenciaba un poco del color de la noche.
Wednesday, September 13, 2006
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1 comment:
pasao mañana la,parte dos...ojala les guste a los ke lo lean...
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