Vacaciones soñadas?

Chile, Chile lindo decía la canción. De verdad que es un país lindo, con sus climas, su territorio largo y angosto, sus carreteras…y es una de esas carreteras la que estoy conociendo más que bien exactamente ahora. Porque me tenía que tocar justo el bus malo, el bus con algún defecto, ese que en la empresa lo conocen como el “cacharrito”. Bueno, resulta que se supone que debería estar llegando a Santiago, o al menos debería estar mas menos a una hora, sin embargo aquí estoy, viendo el mismo paisaje que hace ya mucho rato atrás por que a los señores encargados del mantenimiento de este water en que estoy, se les debe haber pasado por alto la “fallita” que tiene. Es en este punto, (y cuando ya me bajé a sacar fotos, a fumar como condenado a muerte y a escuchar música) cuando me dedico a pensar en lo que fueron estas vacaciones, lo que hice, lo que no, lo que debí haber hecho y lo que una vez más dejaré “pal otro verano”.

La suerte definitivamente me las jugó este verano. Primero, en lo laboral. Feliz y planificado de acuerdo a lo que iba a ganar trabajando en un local en la playa, (me figuraba casi millonario con lo que iba a juntar) resulta que un día cualquiera me encontré con la sorpresa de que nos cerraban el local, y más encima lo desalojaban; resultado obvio: pasé casi todo febrero al tres y al cuatro, o mejor dicho, sin plata ni para hacer cantar a un ciego. Como si todo eso no fuera suficiente, resulta que me dio con la tanda de la amigdalitis, y no una sino dos veces, y cada vez más grave. Resultado obvio: tenia la garganta cerrada, una papa que no me dejaba hablar y en las vacaciones de invierno me tengo que operar, y como pequeño detalle, me pasé la mitad de febrero sin poder salir a carretear como cualquier mortal, y disfrutar un trago con mis amigos.

Por supuesto que eso no es todo, no señor, ya que independiente de todo eso, resulta que después de un rico asado, (sin cerveza helada por que no podía tomar), se me cayó una tapadura y ¡sorpresa!, los queridos y amados dentistas de CONSALUD tuvieron un día de farra descontrolada antes de atenderme al parecer, por que mi muela que supuestamente estaba limpia, en realidad no es más que un paradero de moscas de lo mal que está. Resultado obvio: me voy a tener que sacar la muela, (sin dejar de lado el hecho de que es la segunda que me tengo que sacar por culpa de ellos) y poner una prótesis. Yo creo que esto da casi como para una película, que se podría llamar así como, “MUELA PODRIDA II, EL RETORNO DEL DENTISTA CON CAÑA”. Aparte de eso, que no podía venir solo claro está, me tengo que hacer dos tratamientos conductos, eso sí, esos corren por cuenta mía; no hay nadie más a quien culpar.

Creían que eso era todo? ¡Pues no!, por que olvidaba mencionar dentro del resultado obvio de mis amigdalitis, que tuve que aguantarme tres inyecciones de las más dolorosas que hay, lo que derivó en que terminara con el culo como mora y me doliera como por una semana y que la enfermera casi me terminara haciendo ojitos…¬¬

Debo ser justo. Hay algo que este verano me dejó, y que fue bueno. Conocí a gente muy buena, que me acogió con los brazos abiertos y que me ha demostrado que existen más especimenes raros que piensan actúan y se ríen con las mismas cosas que yo. Aparte de ellos, no hay mucho más de lo que me pueda jactar.

Bueno, para concluir, (mientras sigo pensando en que voy a hacer mas rato), puedo decir que, si me lo tomo por el lado positivo, o si lo miro por el lado del “vaso lleno hasta la mitad”, al menos lo que viví son experiencias que puedo recavar para así más adelante hacer reír a alguien, escribirlo en un libro o recordarlo junto a mi futura esposa, quien sabe. El asunto es que como les contaba, ahora me encuentro en medio del camino entre Santiago y La Serena, preguntándome cómo, o por qué es que nací con tan mala suerte, (si hasta me asaltó un ex compañero de curso po!!!) o mejor dicho, con tanta predisposición para que me pasen estas cosas. ¡Salen miles de buses todos los días en el mundo y justo esta cagada se tenía que quedar en pana!, no puede ser…ya me esta dando miedo de estar tanto rato aquí, quizás en una hora más se acabe el el mundo y me lo voy a perder, o justo por hoy van a hacer una oferta de megacomputadores a mil pesos y yo, el weon, el de siempre, me lo voy a perder por mala cuea’. Mejor será que termine de escribir antes que le pase algo al computador explote un planeta y me caiga una roca en la cabeza, o quizás se vuelque el bus aunque esté estacionado, no importa, ya nada me impresionaría estando yo metido en la historia, cambio y fuera, cuídense y agradezcan todos los días por la suerte que tienen, yo por mi parte, veré si me consigo un poquito por ahí.